Samsung Odyssey G7 LC27G75TQSUXEN: Análisis del monitor QLED QHD 240Hz 1ms G-Sync

El Samsung Odyssey G7 LC27G75TQSUXEN es un monitor curvo VA  de tecnología QLED de resolución QHD (2560 x 1440 píxeles), con una tasa de actualización de 240Hz, un tiempo de respuesta de 1ms, compatible con G-Sync y FreeSync Premium.

No es sólo un poco curvo.

Es locamente curvo.

Y adopta absolutamente todas las últimas tecnologías LCD destinadas a los mejores monitores para juegos.

Atenuación local, sincronización adaptativa, alto refresco, HDR, quantum dot… lo tiene todo.

Por decirlo de otro modo, se trata de un monitor que redobla el concepto básico de un monitor LCD para obtener un alto rendimiento visual y, en concreto, para los juegos.

Hace cinco años parecía que el futuro iba a ser el OLED.

La propuesta principal del G7 consiste en un panel VA de 27 pulgadas y 1440p con una curva de 1000R súper ajustada.

Hay paneles de mayor resolución y más grandes, pero 27 pulgadas y 1440p siguen siendo el punto dulce para muchos jugadores en cuanto a conseguir el mejor equilibrio entre detalle y velocidad de fotogramas.

Si aumentas lo primero por cortesía de, por ejemplo, una red de píxeles 4K, obtendrás menos de lo segundo.

Esto encaja perfectamente en el conjunto de características de la Samsung Odyssey G7, claramente centradas en los jugadores.

Eso empieza con el refresco de 240 Hz y la respuesta de 1 ms que se reclama.

Esa cifra de respuesta es digna de mención en el contexto de la tecnología del panel VA.

Como nos recordaron recientemente con el AOC C27G2U, la debilidad histórica de la tecnología VA ha sido la respuesta.

Siguiendo con la teoría, el G7 es compatible con Nvidia G-Sync y AMD FreeSync.

Para que conste, la compatibilidad con G-Sync es la más limitada del tipo «Compatible».

No hay electrónica Nvidia en la placa.

El G7 también tiene la certificación VESA DisplayHDR 600 con atenuación local de la retroiluminación, de la que hablaremos más adelante.

Las capacidades HDR incluyen un brillo máximo de 600 nits y una cobertura de hasta el 95 por ciento de la gama DCI-P3.

Completando las principales características relacionadas con la calidad de imagen, el panel VA es bueno para un supuesto contraste de 2.500 a 1 y Samsung ha integrado un modo de bajo retardo de entrada y una sobrecarga configurable por el usuario que incluye un modo de reducción del desenfoque por movimiento.

En cuanto a las entradas, tienes HDMI y DisplayPort, pero no USB-C.

Esto último es una omisión llamativa, especialmente teniendo en cuenta el elevado precio.

Pero con el cometido de los juegos, probablemente tenga sentido.

• Lee nuestra reseña de la versión de 32 pulgadas, el Samsung Odyssey G7 LC32G75TQSUXEN

Aunque el suministro de energía del USB-C alcanza un máximo teórico de 100 W, lo máximo que hemos visto que suministra un monitor es 65 W.

De todos modos, incluso 100W no son suficientes para un portátil de alto rendimiento para juegos.

A todo esto puedes añadir un concentrador USB-A de dos puertos, la iluminación ambiental Core LED de Samsung montada en la parte trasera y un soporte ajustable en altura e inclinación y un chasis con un estilo y una calidad de construcción que supera a la mayoría de los monitores de PC.

Como hemos dicho, sobre el papel, este aparato mola.

También lo es en la práctica, en su mayor parte.

Para que nuestra mayor preocupación quede inmediatamente en la grada y pase a la historia, el G7 tiene una respuesta de píxeles absolutamente estelar.

Es rápida incluso en el menos agresivo de sus modos de sobremarcha.

Con la sobremarcha al máximo, la G7 es aún mejor y apenas sufre sobreimpulso o efecto fantasma inverso.

Esto es realmente impresionante y refleja el hecho de que la propia Samsung ha invertido mucho en la producción de tecnología VA y podría decirse que fabrica los mejores paneles de este tipo del mundo.

En cuanto a la sensación y precisión general, el G7 también es fantástico.

A simple vista, sería difícil distinguirlo de un muy buen panel IPS en lo que respecta al equilibrio del color.

Pero con ello también obtienes el contraste y los niveles de negro mucho mejores del VA.

Es una combinación fabulosa.

Añade un refresco de 240 Hz muy suave y una sincronización adaptativa y, bueno, es un panel para juegos increíble.

Pero también es ligeramente defectuoso.

Técnicamente, el principal defecto es la compatibilidad con el HDR.

Como implica la certificación DisplayHDR 600, la retroiluminación admite la atenuación local.

Pero sólo hay ocho zonas verticales iluminadas en los bordes.

Es una solución tan chapucera y a medias, que podría decirse que el G7 estaría mejor con una única retroiluminación fija.

En cualquier caso, no se trata de una verdadera pantalla HDR.

Es mejor considerarla como un panel SDR muy potente y, de hecho, en nuestras pruebas es así como rinde mejor, incluso comparando juegos con muchas escenas oscuras que admiten HDR, como Metro Exodus, tanto en modo SDR como HDR.

El otro gran interrogante es la curvatura extrema del panel 1000R.

No cabe duda de que da al G7 una dramática sensación envolvente.

Funciona bastante bien en el juego, que es, al fin y al cabo, el objetivo principal.

Pero distrae y distorsiona bastante en el escritorio de Windows, lo que limita el atractivo de este monitor como dispositivo integral.

Dejando de lado estas advertencias, sigue siendo un panel para juegos bastante fabuloso.

Si buscas un monitor de 1440p, y el precio no es realmente un problema (aunque podrías utilizar un código de promoción de Samsung), el G7 debería estar casi con toda seguridad en tu lista de candidatos.

Pero todo esto es un recordatorio, no sólo de las limitaciones últimas de la tecnología LCD, sino también del cuidado que hay que tener a la hora de hacer suposiciones, tanto para bien como para mal.

Por un lado, el G7 demuestra que la tecnología VA puede rivalizar con la TN en cuanto a respuesta de píxeles.

Por otro, confirma que el HDR con atenuación local garantiza poco en el mundo real.

Especificaciones técnicas del monitor Samsung Odyssey G7 LC27G75TQSUXEN